Pasar al contenido principal
x

El paciente está ahí para mostrar lo que todavía tenemos que sanar en nosotros

En una clase de Homeopatía dirigida a médicos, psicólogos y terapeutas, y en torno a un caso en particular se le hace esta pregunta al Maestro Gelva ¿Cuánto tiempo debemos seguir dando el medicamento a este paciente? y su respuesta se vuelve enseñanza para todos los que deciden el oficio del sanador, del terapeuta y su trabajo con el paciente, espero lo disfruten, tanto como nosotros.

---

Esta es la respuesta…

Cuando nosotros damos un medicamento a un paciente le estamos comprando tiempo al paciente para que él entienda. Al entender cambie su forma de pensar, de sentir, sus hábitos, su hacer, su personalidad, porque cuando entiende es cuando se curan. Pero este es el momento de recordar que el enfermo y el terapeuta somos nosotros.

Así que, cuando le damos un medicamento a un paciente, también estamos comprando tiempo para nosotros porque es evidente que, o no hemos entendido al paciente completamente o no sabemos qué hacer con él. Nos falta un “feeling”, nos falta una empatía, una conexión para hacer, no darle un medicamento, sino hacer con él “esa cosa” junto con él, esa cosa que lo lleva a evolucionar.

Así que, si todavía no somos capaces de llevarlo de la mano hacia allá, nos toca seguirle dando medicamentos  al día siguiente, a los cuatro días, a los cuatro meses, y eso significa que nosotros no estamos empeñados en aprender, en evolucionar, porque primero tenemos que aprender antes de enseñar algo.

Así que, recuerden que terapeuta y paciente son uno solo y el tiempo que le compramos al paciente no es solo para el paciente, es también un tiempo que estoy comprando para mí, para superar junto con el paciente nuestra ignorancia.

Este es el momento de recordar la historia de Gandhi y de la señora que le lleva a su hijo que tiene una adicción a la sal. Gandhi era un Maestro y lo buscaban para todo incluso para curar personas. Esa señora viajó tres días desde una aldea lejana, con esfuerzo y necesidades para traerle a su hijo que comía sal, así a puñados y que se iba a morir, se iba a destruir los riñones, el corazón, el cerebro, comiéndose sal a puñados, cuando Gandhi lo recibió le dijo a la señora: “Vuelva en un mes” y no lo atendió. Ella le rogó, le dijo “Mire yo soy pobre, mire de dónde vengo, por favor haga una excepción, tengo que caminar tres días para la aldea” y él le dijo enfático “Vuelve en un mes” y aunque la señora insistía, repitió “Vuelve en un mes” Ella se fue, seguramente maldijo a Gandhi esos tres días en todo el camino de regreso, pero, al mes su hijo seguía comiendo sal a potados y no tenía otra opción así que, volvió donde Gandhi obligada por el amor y la necesidad.

Gandhi recibe al muchacho, lo entra en la tienda y a los 10 minutos lo saca alentado y la señora se “enchicha” – se enoja más y le reclama “¿Pero por qué no hizo eso la vez pasada? ¿Por qué me regresó? ¿Por qué me hizo volver? ¿Por qué me hace esto?” y Gandhi sonríe y le dice “Porque hace un mes yo comía sal”. Seguro que Gandhi no se la comía a puñados, pero le gustaba echarle sal al huevito, al aguacate, comía sal. Así que, no le podía entregar a ese paciente nada porque él todavía usaba la sal. Así que uso el mes, se compró tiempo para curarse el primero, para entender el primero, para evolucionar, para elevar la conciencia y aprendiendo y curándose, podía entregarle lo aprendido y lo sanado en él al otro, se llama coherencia, se llama conciencia, se llama verdad.

Entonces, nosotros siempre estamos comprándole tiempo al paciente, pero ese tiempo también lo estamos comprando para nosotros, hasta que lleguemos al día de una irradiación y una claridad, de una conciencia tal, que podamos curar al paciente al tocarlo, al mirarlo; “Con una palabra tuya bastará para sanarme”. Con un acto de perdón, con un abrazo, con una sonrisa que le rompe todas las barreras, tal vez un poco más de severidad, con una mirada “Clint Eastwood” un gesto y lo llevemos a esa comprensión, mientras, compramos tiempo para él y para nosotros, o sea, dejen de pensar que ustedes son mejor que el paciente, el paciente está ahí para mostrar lo que todavía tenemos que sanar en nosotros.

Ves a un paciente que tiene cáncer y piensas “Yo no tengo cáncer” si, si tienes cáncer, todavía no se te ha implantado en un órgano pero tienes un desamor (Sabemos que el cáncer es una de las enfermedades del desamor y dependiendo donde se manifieste se reconoce el conflicto emocional de la emoción, más información en el curso Virtual Conflictos y emociones que enferman) recuerden la historia de la Maestra Tiava, cuando tuvo cáncer se asomó por la ventana y comprendió “Todos en la calle, todos, tienen cáncer” Porque todos tienen un desamor y el cáncer es desamor, todavía no se tiene un diagnosticado en una biopsia, no lo hemos implantado en un órgano, pero ese paciente que está ahí con su cáncer viene a ayudarme a mí a deshacerme del pequeño desamor que todavía cargo. El paciente con su artrosis, su artritis está ahí para ayudarme a mí a curar mis vestigios de rigidez, mis vestigios de “Cómo me duele haber vivido mi vida”, el paciente que está ahí con su diabetes viene a curar mi pedacito de “Sanar los lazos afectivos” los momentos de mi vida en que no sentí dulzura, ni llegando a mí, ni entregándola yo. Así que no hay diferencia ni distancia entre el paciente y el terapeuta paciente y terapeuta son uno.

Así que, cuál será la pregunta ahora “¿Cada cuánto le repetimos la dosis? Pero, si todavía no he aprendido con honestidad y no he hecho el "feeling", no hecho la empatía, necesito más tiempo, así que le daré otra dosis, esa dosis que él se toma, ¡La ha tomado a mi nombre! también se llama Amor.

Así es como funciona esto, gracias por la pregunta, nosotros (En la Escuela Gelva) no somos terapeutas normales, no somos prescriptores, no somos formuladores, nosotros somos una fórmula, una fórmula en el sentido de un método, una práctica que no, no es matemático, que no podemos enseñar “Uno más uno o dos” “A más B igual a C” no somos eso, pero somos una fórmula, una fórmula que se ajusta en cada momento, una fórmula que no puede escribirse, y esa fórmula es conciencia, elevación de la conciencia, el desarrollo de nuestra capacidad de amar y de empatizar con el semejante y así es como lo hacemos, no hay truco, hay conciencia.

Añadir nuevo comentario

HTML Restringido

  • Puede alinear imágenes (data-align="center") pero también videos, citas, y demás.
  • No sólo puede subtitular imágenes (data-caption="Text"), sino también videos, blockquotes, y mucho más.
  • You can use shortcode for block builder module. You can visit admin/structure/gavias_blockbuilder and get shortcode, sample [gbb name="page_home_1"].
  • You can use shortcode for block builder module. You can visit admin/structure/gavias_blockbuilder and get shortcode, sample [gbb name="page_home_1"].