Esta es una mirada desde la espiritualidad de la película animada Monsters Inc. de 2021
Entre La risa y el miedo, se produce un cambio de percepción que lo ilumina todo.
¿Recuerdas Monsters Inc.? Esa inolvidable película animada de 2001 que narra la historia de Mike Wazowski y James P. Sullivan. Dos monstruos que trabajan en Monsters Incorporated, la fábrica de sustos más grande de Monstruópolis, el mundo que habitan. La empresa produce energía a partir de los gritos de niños, que se obtienen cuando equipos de monstruos, entran de noche en el mundo de los humanos para asustarlos durante la noche.
La trama se desarrolla cuando a sus vidas llega una niña humana, a quien llaman Boo. Ella entra accidentalmente a su mundo. A pesar de los cuidados por el aparente poder que poseen los infantes humanos y que produce terror en los mismos monstruos.
Reconoce que el miedo nos hace ver a otros como algo peligroso, una amenaza, algo que nos quiere hacer daño. Incluso puede alimentar el monstruo personal que tenemos dentro.
El mundo de Monsters Inc. y el miedo
Monstruópolis está gobernada por el miedo, no solo como medio de producción de energía y eje de la industria, sino también por el miedo a lo desconocido. Los niños les son desconocidos, y este miedo se utiliza como herramienta de propaganda, éxito e incluso educación. No profundizan en algo superior al miedo, no van más allá de lo que los medios de comunicación y producción les dicen. Incluso buscan nuevas formas para asustar mejor. Algunos ejemplos, son las imágenes donde Sullivan y otros grandes monstruos responden con ira a lo que más les aterra.
Otro ejemplo es que la ciudad está permanentemente en crisis energética, hay racionamientos y la empresa necesita una mayor producción. Aunque se reconoce que actualmente los niños son menos susceptibles al estímulo del miedo, el establecimiento se resiste a cambiar su modelo debido a sus ideas preconcebidas acerca de la humanidad.
Todo cambia cuando te abres a lo desconocido
Desde su ser interno, los protagonistas siempre tienen el deseo de ser mejores, mejores mensajeros, repartidores y hasta el punto de ser mejores acumulando energía. Esa búsqueda interna los expone. Quien busca encuentra. Y ellos se exponen a la naturaleza pura de una niña que los pone a prueba, tumbando todas las ideas, información, noticias y creencias.
Esa naturaleza pura es el amor y la inocencia. Ella no ve a todos como monstruos ni les teme (Solo a Randall Boggs, una mezcla entre lagarto, camaleón y gecko de color morado). Ella solo quiere jugar, interactuar y explorar ese nuevo mundo junto con ellos. Les muestra que es inofensiva, que la alegría, la dicha y la risa producen mucha más energía que el miedo. Y todo es puesto a prueba, incluso la amistad entre Mike y James, sus metas laborales, su reconocimiento, reputación y sus mismos futuros. Aunque uno de ellos está descubriendo esta nueva maravilla y el otro se resiste, está claro que las cosas no serán nunca como eran antes, Sulley estaba decidido a pagar el precio.
Algunas lecciones aprendidas
Hay lecciones importantes sobre la amistad, las creencias, la creatividad, estar abierto a las posibilidades, el respeto y muchas más. Aquí algunas de ellas:
- La amistad es más fuerte que el miedo. Sulley y Mike se enfrentan a muchos obstáculos y peligros para proteger a Boo y devolverla a su hogar. A pesar de que al principio Mike no quiere tener nada que ver con la niña, al final se da cuenta de las lecciones que su amigo está aprendiendo y la ayuda a volver a su mundo. Sulley y Mike también demuestran su lealtad y confianza mutua.
“Toda creencia debe abandonarse”, Maestro Gelva.
- Gracias a la compasión, ellos se transforman y con ellos su mundo. Desarrollan la habilidad de ver el motivo del sufrimiento de Boo y de los niños humanos (los traumas y pesadillas causados por los monstruos en sus armarios y en su espacio personal) y se hacen cargo. Sulley y Mike se atreven a cuestionar y romper normas y creencias de su sociedad, empresa y familia (educados como monstruos para asustar).
- Cuando aparentemente era posible negociar (cuando Mike acuerda con Randall dejar a Boo en su mundo), se dan cuenta de que las soluciones a medias no sirven. Allí les queda claro que quieren que Boo sea feliz y esté bien. Y como quien busca el reino, todo se le da, ellos también salen beneficiados.
- Si nos repetimos la película y estamos atentos, podemos ver similitudes entre Monstruópolis y nuestro mundo. Hasta hace poco tiempo. El nuestro, también había sido gobernado por el miedo y la competencia. Nuestras decisiones se basaban en creencias que no poníamos a prueba, no en colectivo. Nos parecía aceptable la violencia contra los animales, aceptábamos colectivamente los problemas de educación, los sistemas de salud, las políticas gubernamentales, los sistemas bancarios y religiosos. Hoy, colectivamente, los rechazamos y reconocemos que no están bien; queremos un cambio. Todos esos sistemas obedecían al miedo y la competencia; las emociones movían el mundo y la energía.
- Por miedo y competencia, había energía en el mundo de los monstruos. Por miedo, nosotros tuvimos la carrera espacial, fabricamos armas, carros mejores, aparatos médicos más avanzados y dispositivos de comunicación más eficientes. Pero las cosas han cambiado. Y ahora la emoción que mueve el mundo, que impulsa la energía, es la comprensión de comunidad, la unidad y el amor.
- Así como a nuestros protagonistas, un evento los lleva a transformar sus creencias y su mundo, y deben elegir ver la bondad y la inocencia. Nosotros también tenemos infinidad de oportunidades para cambiar nuestra percepción de las cosas y transformar nuestro mundo personal.
- Podemos elegir ir contracorriente y mover nuestro mundo con el miedo y la competencia, una energía escasa y decadente, o podemos optar por la potencia de la alegría y la risa, que no son más que expresiones de la vida en el amor.
“Solo hay dos tipos de emociones que parecen existir: amor o miedo, y solo una de ellas es real”. Maestro Gelva.
